sábado, noviembre 29, 2003

Familia

Mi abue viajó ayer a España con Gloria y Valentina. Con nosotros (los Porras), en el aeropuerto había otra familia, tal vez, eran chinos o coreanos. La “gallada” de nosotros y de ellos estaba ahí para despedir a un miembro de la familia que se iba. Eso me gusta. Me encanta el sentido de familia que tenemos y que, parece, compartimos con otras culturas. Los únicos que no comparten esa tendencia, creo, son los anglosajones y sus respectivos descendientes. De las cosas que no me gustaron de Australia y que, con más frecuencia vi, es la fragmentación de la familia. Cuando cada uno no anda por su lado (aún viviendo bajo el mismo techo), simplemente residen en barrios, ciudades o países distintos, sin siquiera intentar buscarse y reunirse. ¡Qué impresión! Muchas de las personas que conocí vivían solas, con su mamá, hermano o pariente, en otro lugar también solos. Recuerdo a la señora Carol, a la que solía ayudarla con las cosas de la casa: una mujer de 50 años, enfermera, viviendo solo con su perro. Luego me vine a enterar que sus hijos estaban en otro país y que su mamá residía en un pueblo cercano, sola, también. Yo no entiendo eso. ¿Cómo uno tiene a la mamá viviendo sola, en un pueblo, si puede estar con uno? También recuerdo a Martine. Super buena gente, pero tampoco entendí cuando me dijo que después de la muerte de sus padres, ella se fue a vivir sola siendo que había una tía suya también viviendo sola y que estaba muriendo de cáncer? Martine estuvo a su lado cuando murió la señora en un ancianato. Estuvo pendiente de ella también desde cuando se lo diagnosticaron, pero cada una aparte. ¿Y qué tal para fiestas de fin de año? Allá cada uno arranca por su lado. Los hijos a compartir con sus amigos y los padres, con los suyos. ¡Yak!

Mi abue viajó. Todos estaban super tristes. Yo, la verdad, me alegro que ella haya podido viajar allá. A ella le gusta viajar como a mí (¿o a mí como ella?). Ella tuvo la oportunidad de hacerlo una vez sus hijos estuvieron grandes y pudieron subsidiarle los gastos. Ahora que tiene una nieta allá, pues qué rico que pueda ir, que conozca otro país, que vea y pruebe otras cosas. Super. Yo entiendo que mi mamita se haya quedado triste. Carlos parecía como dopado y los demás tenían los ojos llorosos. Mi abue siempre ha sido el principal motivo para reunirnos en estas fiestas de fin de año. Ahora que no está y que ni celebrarle sus cumpleaños vamos a poder, me gustó que las mujeres (con tremendo matriarcado, no había de otra) planearan qué íbamos a hacer, así mi abue no estuviera. Nos vamos a reunir ocho días antes del 24, tal vez en Acacias, donde Pilarcita. Después cada uno toma su rumbo, pero me gusta pensar que la única razón para reunirnos no sea mi abue, sino que nosotros mismos busquemos reunirnos porque somos familia. A pesar de las desavenencias, de los altercados, de las palabras dichas no en el mejor momento, etc., somos familia.

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