jueves, noviembre 07, 2002

Desde hace tiempo he querido crear un sitio en internet que resalte todas las cosas positivas que tiene mi país y no me refiero a las ya frases comunes que hablan sobre sus riquezas naturales, su diversidad biológica, el increíble rango de temperaturas y suelos que tenemos, la variedad de sus comidas y culturas. No, quiero resaltar aquí además el día a día de mi país, las cosas buenas que todos los días suceden. Debo aclarar, primero que todo, que este no es un sitio que respire optimismo. Por el contrario, me considero una persona realista y ese mismo caracter quiero reflejarlo aquí. Tal vez sí, debo confesar, el sitio tendrá un sabor idealista en cuanto a que mis sueños, respecto a mis país se encumbran muy alto aunque ellos están soportados por hechos reales (no espero milagros, no creo en milagros). Pienso que como toda empresa de largo alcance (como espero sea ésta) debe poseer su propio manifiesto. Aún no está completo, pero espero que vaya tomando forma al paso del tiempo. La primera "regla" que seguirá este sitio es la tolerancia. Tolerancia por la diversidad de opiniones, de puntos de vista, de formas de vida, etc. Sé que este punto necesitará más ampliación pues he notado que, como era de esperarse, la tolerancia es un concepto distinto para cada persona. En mi caso, es respetar las opiniones que difieran de las mías (he notado que algunos son sólo tolerantes con quienes piensan igual, lo cual, a todas luces es una contradicción). Discutidas en forma respetuosa y con el ánimo siempre de, y creo que ésta será la segunda "regla", hallar "la verdad" (ya me soné como los filósofos griegos). Creo que no hay una sola verdad, creo que hay muchas verdades, sin embargo cuando pienso en "hallar la verdad" pienso, en realidad, en ser lo suficientemente humilde y tener el suficiente valor para no "querer siempre tener la razón", en ser capaz de perder individualmente pero reconocer que se gana en conjunto si se reconoce que el otro tiene la razón. Es difícil, incluso yo que lo predico me hallo incapaz, en muchas ocasiones, de ceder en mi punto de vista, por la sola vanidad de ganar. Al final, aunque puedo decir que vencí en cuanto al manejo de las herramientas para argumentar, siento que he perdido porque dejé de aprender, porque pude haber descubierto otros puntos de vista que hubieran echado luz y alimentado los míos. "Vanity, my favourite sin", como diría el diablo en la escena final de "El abogado del diablo". Y bien, por lo pronto, aquí concluye la primera parte de mi manifiesto. Procuraré, y este es un compromiso casi público, actualizar este sitio diariamente.