domingo, agosto 20, 2006

Praha

Desde el primer momento, Praga me hizo sentir como en casa: me previnieron sobre que podian robarme (ladrones finos o carteristas, que llaman), quien nos recogio en el aeropuerto me recordo a como manejamos en Bogota y las casas de cambio anuncian en cuanto venden euros y como de checo uno poco, pues piensa que se trata de en cuanto compran euros, y asi le terminan dando uno menos coronas de lo que uno piensa. Ademas, ayer, en el restaurante cerca a la plaza de la Ciudad Vieja, el pan que por lo general no lo cobran, lo cobraron y, por derecha, tambien incluyeron la propina que fue de mucho mas del 10 por ciento que usamos en Colombia.
 
Viniendo de paises tan organizados y honestos como Finalandia y Suecia, de plano, fue un choque y me impidio ver por unos momentos la gran belleza que en realidad posee esta ciudad: es en realidad muy bonita. Un museo al aire abierto donde casi cada casa, de las cuatro areas principales que forman el centro de la ciudad, es una obra maestra. Se nota que cuando sus duenos la construyeron, le metieron todo.
 
En San Petersburgo, la calle Nevski Prospekt es como una Praga concentrada y un poco mas uniforme arquitectonicamente. Aqui, en Praga, la belleza se ha esparcido por toda la ciudad y el tiempo dejo huella de los buenos tiempos en cada espacio. De los malos tiempos, no hay testimonio o al menos, no lo muestran a los turistas. El socialismo parece -al menos para quien fue nuestra guia de tour ayer- como un mal sueno, y esta medio vetado, aunque se ven camisetas alusivas a esa epoca. Seria interesante hablar con alguien que la haya vivido plenamente (nuestra guia tendria unos 30 anos) y preguntarle que opina.
 
A esto de viajar, por otra parte, me gustaria encontrarle su sistema: sus pautas generales y entender bien su funcionamiento. Por ejemplo, es una prueba de convivencia. El cansancio, la alteracion de los horarios de comidas, el clima (malo si muy frio, malo si muy caliente), el estres de los vuelos, o de tomar el tren, o el ferry, todo eso, ponen a prueba la convivencia y el buen animo. Hay que tener en cuenta eso, antes de reaccionar ante una situacion. Recordarlo, para moderarse en el comportamiento o para entender al de otro.
 
Estoy en la recepcion del hotel Best Western City Hotel Moran, donde el internet es gratis. Son las 9:40 am. Mi padre acaba de bajar y ya estamos listos para continuar recorriendo la ciudad: vamos a El Castillo (apenas vine aqui a entender el porque del titulo de la novela de Kafka) y otros lugares.
 
Hasta el proximo post.


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