sábado, julio 22, 2006

Sobre pensar, escribir y vivir

No es buena idea escribir lo que uno piensa en los blogs. Sobre todo si se pretende ser honesto (con todo, con uno mismo, en especial: no mentirse, no engañarse, no hacerse trampas). Creo que son muy pocas las personas que piensan que todo está bien y que, por tanto, sus opiniones siempre son positivas. Y bueno, eso pretendí en una etapa de mi blog: ser totalmente honesta; radicalmente honesta. Sentía que el único respaldo posible a la escritura era la honestidad. De hecho, aún pienso que la honestidad es una parte importante, pero además de la honestidad, también entran otras condiciones que no pretendo detallar en este momento, porque aún no las tengo elaboradas.

En fin. Ese fue uno de mis objetivos al comenzar este blog hace ya tres años. Ser totalmente fiel a mis sentimientos, a mis pensamientos, a mis ideas, así estas no fueran “políticamente correctas”. Quería desnudar el alma: exponer las llagas que también tengo y asumir las consecuencias de exponerlas. Porque, finalmente al decir algo de otros, también se dice algo de uno. Y lo que se dice de uno es: sí siento envidia, sí me dejo dominar por la ira, sí creo que mi vida es mejor que la suya (otra cosa es que lo sea). Porque la crítica es eso: asumir una posición de superioridad y sentir que uno puede juzgar, y alabar o descalificar. En fin, no creo ser la única que lo haga. Pero, infantilmente (como el niño que durante la visita le dice a la anfitriona que está gorda) me lancé a no solo pensarlo, sino también expresarlo. Y bueno, soy una persona que cree firmemente en la necesidad y el poder de las reglas, de las normas, de la ley. Y socialmente hay una regla que regula los pensamientos: no se puede decir todo aquello que uno piensa... por muchas razones: porque puede uno herir a otros, porque puede atentar a la verdad (honestidad no significa veracidad y si hay otro valor que aprecio altamente es la “verdad”), porque acarrea problemas (a veces, por ser honesto sobre cosas absurdamente nimias), etc.

En fin, en esos primeros posts hay excesiva honestidad con mis ideas y sentimientos del momento: simplemente no los quería maquillar ni un poco: “bueno” o “malo” lo que pensara y sintiera, así lo expresé. Creo que tiene ese valor.

Creo que de un tiempo acá, mi blog, como yo, ha cambiado. Ese es otro valor de los blog: dejar registro del tiempo y, por tanto, permitir comparar. Creo que muchas de las cosas que me pasaron entonces causarían una reacción distinta ahora: tanto en pensamiento como en acción. Espero ser mejor ahora de la que era entonces. Espero ser en tres años mejor de la que soy ahora.

Colofón:
Debería existir un código escrito sobre vivir. Algo que dijera como:
Siempre sé honesto, en tanto, esa honestidad no atente contra la verdad o hiera a otros.
No temas herir a otros, mientras seas fiel a la verdad.
Di siempre la verdad en tanto sea pertinente.
Sé pertinente, pero no te dejes llevar por el miedo a atreverte.
Atrévete pero no seas porfiado.

Difícil código: serían demasiadas directrices y demasiadas excepciones.

Creo que era en las paredes del oráculo de Apolo donde había dos reglas de vida:
Conócete a ti mismo.
Todo con moderación.

lunes, julio 17, 2006

Se chiflaron


Los israelíes. ¿Cómo se les ocurre bombardear toda una ciudad por la sola sospecha de que allí se encuentran los líderes Hezbolá? OK. Probablemente allí están, pero por recuperar y vengar a algunos, están armando una guerra que tomaría la vida ya no de algunos, sino de cientos.

Los israelíes me generan sentimientos encontrados: por un lado, los admiro porque, literalmente, han sido capaces de sembrar en el desierto; pero por otro los rechazo porque no son capaces de demostrar la bondad, la generosidad, la tolerancia de la cual tuvieron tanta necesidad durante la II Guerra Mundial.

Con Sharon pensé que ellos iban a encontrar la paz primero que nosotros. Ahora, pues ninguno, la verdad. Con cosas como las que le pasó a Sharon, habiendo sido quien fue, y haciendo lo que estaba haciendo, es que realmente pienso que Dios no existe.

domingo, julio 16, 2006

Rest in peace Crazy Diamond

Roger Keith "Syd" Barrett passed away this week (the 7th). Sad news to the rock world. Even when he dropped his career long time ago –back in the in the 70’s-, he’ll always be remembered like one of Pink Floyd’s founders and maybe the one who give its personal trademark, at least at the beginning.

I like very much PF. It’s my favorite band. I’m not a PF expert, though. I like its former sense of experimentation and its later position against the status quo. The way they tried to make something different, unique and meaningful. I'll always respect that.

I have to say I only knew just a few songs from Barrett’s time in PF, mostly “The Piper at the Gates of Dawn” (1967). And recently I downloaded “The madcap laughs” (1970) from his solo career. Difficult album, wow.

I know how important he was for PF, however if the group hadn’t remained together and all its members hadn’t been so talented, well, PF would have died soon after Syd left them and we wouldn’t have “The dark side of the moon” (1973), “Wish you were here” (1975) or “The Wall” (1979).

In tribute, I’ve been listening all Pink Floyd’s albums (thanks God, I was hooked with CD until now) and downloaded some others I didn’t know.

May you find in your astronomy domine the peace you didn’t find in this world, Syd.