Alguna vez hablando por chat con alguien de otro país me dijo que le gustaba la música colombiana. Yo quedé sorprendidísima. No porque me parezca increíble que a alguien le guste la música colombiana, sino porque me pregunté cómo y dónde la habría podido escuchar. Pues bien, el chatero se refería a Carlos Vives, Shakira, Juanes, Aterciopelados, etc. Y bien, me dije, pues sí, ellos también son música colombiana. Sin embargo, en Colombia, cuando, se habla de música colombiana se entiende la música folclórica colombiana. A mí me encanta la música colombiana, en especial la del interior del país: los bambucos, los pasillos, las guabinas, etc. Y tengo que confesar que mis temas favoritos generalmente son los más tristes del repertorio musical.
El tema viene a propósito de dos cosas: uno, transcribir la letra de uno de esos temas favoritos. Dos: resaltar un blog dedicado a difundir esta música. Se llama “
Bandolitis” y tiene, incluso, su propia emisora. Super apropiado para quienes quieran escuchar música de la tierrrrrrita. Bueno, combina con temas varios, pero el énfasis es música andina colombiana. Así que si esta entrada le genera a alguien algún interés por conocer la música colombiana, la tradicional, lo invito a que visite ese sitio. Y si acaso es colombiano el que lo lee, está doblemente invitado.
Va la trascripción:
¿A quién engañas, abuelo?Autor: Arnulfo Briceño
Ritmo: Bambuco
¿A quién engañas abuelo? Yo sé que tú estas llorando, ende que taita y que mama arriba están descansando; nunca me dijiste cómo, tampoco me has dicho cuándo, pero en el cerro hay dos cruces que te lo están recordando. Bajó la cabeza el viejo y acariciando al muchacho dice "tienes razón, hijo, el odio todo ha cambiado: los piones se jueron lejos y el surco está abandonao a mí ya me faltan juerzas, me pesa tanto el arao y tú eres tan solo un niño pa' sacar arriba el rancho". Me dice Chucho el arriero, el que vive en los cañales que a unos los matan por godos y a otros por liberales
| ¿Pero eso qué importa abuelo? ¿Entonces qué es lo que vale? Mis taitas eran tan güenos, a naide le hicieron males. Sólo una cosa compriendo: que ante Dios somos iguales. Se aparecen en elecciones unos que llaman caudillos que andan prometiendo escuelas y puentes donde no hay ríos, y al alma del campesino llega el color partidizo, y entonces aprende a odiar hasta a quien fue su buen vecino, todo por esos malditos politiqueros de oficio. Ahora te comprendo abuelo por Dios no sigas llorando. |