Aquí vamos de nuevo. Pffff. Cuánto tiempo ha pasado. Escribo, aunque sigo sin tener mucho tiempo, mientras espero que Google me ayude a resolver las incógnitas bibliográficas de las que está plagado el libro que estoy corrigiendo después de prácticamente tres meses de tenerlo parado, gracias a las nuevas tareas extracontractuales que me han cargado.
¡Cuántas cosas han pasado en este tiempo! Trataré de ser sucinta porque… no tengo tiempo. Diego se casó el sábado que viene hace un mes; y hoy hace quince días, Al Qaeda voló tres trenes en Madrid con un saldo de más de doscientas personas muertas y más de mil heridas, entre las que se cuentan algunos colombianos. El ambiente en la oficina sigue pesado y la Guerra Fría entre la nueva administración y nosotros se hizo costumbre, aunque sigue insoportable. Y hasta como en la G.F. al interior nuestro ya se empiezan a ver fracciones. Qué lástima. Excelente grupo con el que trabajo y me da pena ver cómo no pudimos resistir el embate que significó esta nueva administración y especialmente doña Lucía. Ayer tuvimos una reunión en la que catalizamos todos nuestros sentimientos e impresiones sobre nosotros mismos, sobre el desempeño de nuestros compañeros, sobre los nuevos compañeros (sí, ingresaron dos jóvenes del Polo, y uno más que ni idea, pero que, como la mayoría de ingresos que se han dado debe ser porque es “amigo de”. Respecto a los dos primeros, Isabella y Jorge Luis, nos la hemos llevado bien, son pilos ambos, especialmente Isabella; sobre Diego, el tercero, ni idea).
Ay, no, finalmente bajó una página y me envía a otra parte (www = wait, wait, wait).
Este año es como el año del piojo. Tan solo llevamos tres meses pero han sido tenaces. Hasta en el aspecto personal, por ejemplo, nuestra Maga tiene problemas en su matrimonio (Grrrr… y la otra página no cargó). Bueno… en mi caso, a pesar de todo lo que ha pasado, me siento con energías, con barraquera. Es como si este permanente estado de confrontación a cambio de doblegarme me infundiera ánimos, me mantiene en permanente estado de alerta y pendiente de no dar papaya. De todos modos, físicamente me siento cansada. Mi contrato va a hasta junio pero, y por fortuna, ya surgió otra oportunidad de trabajo. Ojalá se concrete porque me permitiría, como tanto lo he soñado, viajar. Esto significa que mi idea de volver a Australia queda aplazada porque, por un lado, no me alcanza el $$$; y, por otro, porque espero que esta nueva oportunidad me dé la experiencia del trabajo en el ámbito internacional que tanto me interesa.
Bien… cuatro horas más tarde de haber empezado el blog lo tengo que terminar inconcluso porque tengo URGENTE que terminar el libro y luego ir al lanzamiento del plan de desarrollo juvenil de Antonio Nariño; y dejar sin hacer la actualización lo que hay del DAACD en internet.
'El arte de la fuga según Mr. Nooteboom'
Hace 4 años.
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