Ni el escándalo de Invercolsa, ni las malas relaciones con todas la entidades del Estado, ni el fracaso del referendo habían sacado de Fernando Londoño del ministerio. Ayer, por bocón (el pez muere por la boca) y bueno, porque le llegaron todas juntas, cayó Londoño. En realidad, todas las pasadas embarradas contribuyeron a eso. Pero sinceramente es estar uno muy de malas para que justo cuando el hombre está "disuadiendo en privado" a la bancada conservadora de que mantenga su apoyo a Uribe porque de lo contrario él y el presidente Uribe renunciarían, avocando al país a una terrible crisis, justo en ese momento, esas palabras estuvieran siendo amplificadas por un parlante que ya estaba listo para la conferencia próxima a realizarse una hora después, pero más de malas aún es que ya a esa hora, un periodista, gracias al pico y placa, hubiera llegado, escuchado, grabado, retransmitido y claro, chiviado al resto de humanidad. Eso es estar uno mucho de malas.
Total, hoy 7 de noviembre de 2003 ya contamos con un nuevo ministro que, como registra la nota de El Tiempo, es conservador uribista (que es como decir limonada de mango), vinculado al sector empresarial toda su vida y dicen, tiene fama de conciliador.
'El arte de la fuga según Mr. Nooteboom'
Hace 4 años.
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